De recurso a residuo y de residuo a recurso. La pregunta fundamental es porqué es importante este proceso circular, sobre todo para las empresas.
Por lo general, el modelo económico utilizado por la mayoría de las empresas es el lineal, aquel en el que se crean productos con un solo fin; se usa y una vez alcanzado su deber, se deshecha y se pierde. La inserción de un modelo circular en la economía nos ofrece la posibilidad de obtener recursos donde no se pensaba que había, reutilizándolos y ahorrando en costes elevados de producción para generar nuevos productos porque en realidad los podemos obtener a partir de los ya usados.
Este procedimiento es más sencillo de lo que parece. Se basa, principalmente, en variar el modelo lineal para convertirlo en un ciclo que se renueve y regenere él mismo, tal y como sucede en el ciclo biológico de la naturaleza. Si normalmente lo que se hace es extraer el recurso, convertirlo en producto y tirarlo una vez ha cumplido su función (residuo), el nuevo sistema de economía circular propone extraer el recurso, convertirlo en producto y reutilizarlo, arreglarlo y reciclarlo, volviéndolo a convertir en recurso.
Por tanto, el objetivo principal de este modelo de negocio trata de preservar la utilidad de los productos ya existentes, obteniendo como consecuencia la disminución significativa de residuos, ya que se estarán añadiendo muchos menos nuevos recursos al ciclo productivo.
Diversos estudios y entendidos en la materia aseguran que el modelo lineal -crear, producir y desechar- implantado en todo el planeta por empresas y particulares no puede funcionar a largo plazo. La solución: REPENSAR EL PRODUCTO PARA SU REUTILIZACIÓN, REPARACIÓN Y POR SU PUESTO RECICLAJE.
Al reciclar nuestros residuos estaremos contribuyendo a crear capital en lugar de reducirlo -como sucede en la actualidad- y a rediseñar los productos de tal forma que sus componentes se conviertan en materiales que contribuyan a la generación de nuevos artículos a partir de los ya existentes.
Llevando a cabo esta reutilización, obtendremos dos tipos de componentes: los biológicos y los técnicos. Los primeros son los que, tras ser usados, pueden reintroducirse en la naturaleza por ser biodegradables. En cuanto a los segundos, al no ser aptos para ser devueltos a la naturaleza tras su uso, se desensamblan y se utilizan para otro fin. De esta forma estaremos devolviendo a la naturaleza lo que había sido suyo y, por otro lado, lo que no se puede reintegrar se transforma en otro producto.
Así pues, estamos hablando de una nueva forma de pensar más generosa con el medio ambiente y con nosotros mismos, manteniendo su calidad y aprovechándolos más allá de su vida útil como productos individuales. Asimismo, estaríamos adoptando una cultura del retorno y de la renovación, muy beneficiosa para el futuro de nuestras empresas y del ecosistema en general.
“La transición de residuo a recurso es el camino hacia la sostenibilidad y hacia una Economía Circular.”
Reducir, reutilizar y reciclar son los tres pilares fundamentales para que la economía circular funcione y prospere en el futuro para así conseguir un mundo más limpio y sostenible.
En ACTECO damos una segunda vida a los residuos que generan las empresas, introduciéndolos en un proceso de economía circular a partir de su recuperación, reutilización y reciclaje con el fin de volverlos a insertar en la cadena de valor. De esta forma, no se desperdicia ningún producto y, ante todo, se le otorga un nuevo uso que antes no se contemplaba.
En la era digital, la protección de la información sensible sigue siendo una prioridad crucial…